sábado, 21 de junio de 2008

Salir de marcha

Ay...hoy me he levantado con una resaca importante y con las pocas neuronas que tengo en actividad he decidido escribir esta entrada sobre como es la vida nocturna en China. O por lo menos la que yo he vivido.

Había quedado el sábado con Lena y su novio para salir a la noche por Foshan. Hacía un día soleado y despejado de nubes de modo que a la mañana aproveché para dar un paseo por el parque situado enfrente de mi apartahotel y sentarme en la hierba con un libro en la mano ante las miradas atónitas de los paseantes. De fondo me envolvía la música procedente de las clases de baile que diariamente se imparten a la sombra de unos árboles. Es algo muy común y lo he visto en diferentes ciudades. Con salsa, tangos o pasodobles de día y música más marchosa de noche, decenas de personas imitan como pueden los pasos y movimientos de una pareja de bailarines más expertos. No hay duda, sabes a quien tienes que imitar, sus trajes de lentejuelas deslumbran a cinco kilómetros a la redonda.

Una sopa cantonesa después (la mejor y más famosa de China) regresé al apartahotel y Corey, el botones, me preguntó cuales eran mis planes para el fin de semana. Se mostró entusiasmado con la idea de salir esta noche y tras preguntarme si podía agregarse, llamó a su primo para pedir consejo sobre algún garito. Su primo y la novia de éste también querían venir con nosotros. Total que quedamos a las once en el lobby del apartahotel. Lena, sabiéndome aficionada a los escotes, me recomendó un poco de recato si no quería ser confundida con una chicken. Resulta que coloquialmente se llaman chicken (chii) a las mujeres que se prostituyen, y duck (yaa-tse) a los hombres que se dedican a ello. Que encanto esta Lena...

A eso de las seis y media de la tarde, acostumbrada ya a sus horarios, mis tripas demandaban comida urgentemente, me adentré en una calle perpendicular a la del apartahotel y enfrente de éste. Esta calle es famosa en Foshan por los numerosos restaurantes de comida procedente de la provincia de Sichuan, que a la vez es famosa por ser picante de c*****s. Yo no quería nada picante, iba en búsqueda de una pequeña tiendita que me habían recomendado y en la cual ya había estado en otra ocasión. Pequeña y sin puerta alguna, tenía como único mobiliario una mesa redonda con una silla las cuales se encontraba en la acera por falta de espacio. Con gestitos, señalando con el dedo y por menos de 1€ me llevé una ración de sopa de pato y otra de dumplings, los más ricos del mundo.

¿Sabéis qué son los dumplings? Seguro que los habéis visto alguna vez. Los suelen tener cociendo a vapor sobre unas bandejas redondas de madera con la base de mimbre y colocadas todas ellas en torre cocinándose a un mismo tiempo. Se tratan de una especie de bolsitas moldeadas con una pasta parecida a los noodles y rellena de diferentes cosas, desde verduras, a pollo, marisco o ternera, que incrementa su sabor cuando los untas con salsa de soja. Si veis un restaurante especializado en ellos, entrad a probarlos sin dudar, están de muerte.

A las once de la noche y con nuestras mejores galas tomamos dos taxis para dirigirnos al Crazy Horse o algo de Horse, siento no acordarme muy bien. Casi todos los bares o discotecas, o como queráis llamarlos, cumplen los siguientes requisitos:
  • En un hall descomunal te esperan entre diez o quince camareras vestidas de princesitas o camareros vestidos como Prince (o The symbol o como se llame ahora) saludándote al unísono.
  • Uno de ellos te guiará por interminables pasillos con numerosas puertas de pequeños salones para hacerte tu propia fiesta privada, hasta llegar a un gran espacio abierto de techos altos con escenario-pista de baile rodeado de mesas y sillas.
  • Muchos de estos lugares se encuentran dotados de triforio como si de una gran teatro se tratase, ya que la noche suele comenzar con música en directo o espectáculos, para dejar después pista libre a los desatados bailoteos de la concurrencia de los que hablaré luego.
  • En cada mesa podréis ver cubiletes con dados. Son muy aficionados a jugar a una especie de Kinito* de reglas muy parecidas pero que no acerté a controlar del todo. Es una pena...yo que me había aprendido los números en chino...
Ya acomodados cerca del escenario, la camarera nos enseñó una carta donde la oferta de la noche era la cerveza Coronita que mis amigos orientales no conocían. Les aseguré que era una cerveza mejicana muy buena a sabiendas de que les gustaría su sabor suave, parecido a las cervezas que ellos suelen tomar, como la Tsingtao**. Les comenté que es muy popular tomarla con una rodaja de limón insertada en el cuello de la botella.
Por 300 RMB (me pareció carísimo para ser China) un camarero apareció con una caja grande con hielos y un montón de cervezas, dos bandejas de frutas variadas y cacahuetes, que no sé porque y los comas donde los comas, tiene cierto sabor a ajo. Mi fruta preferida: las waxberries. No sé como se llaman en castellano y jamás las había visto, pero su sabor intenso entre grosella y fresa me vuelve loca. También habían pedido para mi sorpresa un plato de rodajas de limón que mañosamente preparé en los botellines de cervezas de todos. Les encantó.

Cuando terminó el soporífero espectáculo con monje Shaolin incluido estampándose azulejos en el bolo, mis oídos agradecieron una sorprendentemente buena música house. Pero cuando giré la cabeza hacia la pista y vi a toda aquella gente bailando atropelladamente...señor, señor...Quizá sea un tópico pero creo que Dios olvidó dar a los chinos el sentido del ritmo. Aprendí que si alguien se acerca a ti y comienza a beber de su vaso delante tuyo y mirándote a los ojos es que te esta retando a que termines también tu vaso de un solo trago. Te alentaran a que lo hagas alzando repetidamente la mano que les queda libre. Y si además eres foreigner con más razón. Es como las mareas: inevitable. También aprendí que para ir al baño y no perderte entre los innumerables pasillos tienes dos opciones:
  1. Aprenderte la palabra tsesuo (baño) y rezar para que en la puerta ponga lady & gentleman en inglés. Después hacer un gran esfuerzo de memoria a pesar de tu embotamiento a base de cerveza y tratar de recordar el camino de vuelta.
  2. Dejar miguitas de pan a lo Pulgarcito.
Salimos todos a bailar a la pista. No tengáis miedo, vais a ser los reyes, los más guapos y los que mejor bailan. Incluso os imitaran y todo el mundo querrá bailar con vosotros. No es bueno acostumbrarse a esto. Cuando vuelva a Bilbao va a ser muy triste que ni Dios me haga caso...snif...Allí me encontré con dos australianos los cuales me decían que les encantaba Foshan. En fin...no han debido de viajar mucho por China, Foshan probablemente es la ciudad más fea de todo el país.
La noche se fue caldeando y bailábamos como posesos. La novia del primo de Corey se meneaba pegada a mí continuamente. Me tomaba de las manos, de la cintura o de donde sea siguiendo un ritmo cada vez más alocado. A dos centímetros de mí y sin previo aviso me besó apasionadamente y delante de su novio que ni pestañeó. Me separé, la sonreí y acto seguido le dije a Lena estar muy cansada y que volvía al apartahotel. Lena insistió en acompañarme y en el taxi le comenté alucinada lo que me había ocurrido. No se sorprendió en absoluto. Le pareció de lo más normal ya que, según ella, soy guapa y extranjera. Aunque yo insistía en que incluso su novio nos había visto no conseguí hacerla cambiar de idea.
Y ahora me pregunto ¿de verdad somos nosotros los que tenemos la mente abierta?

Kinito* Juego de dados euskaldun cuyo propósito es que el perdedor beba.
Tsingtao** Cerveza tan popular en China como San Miguel aquí.

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