sábado, 14 de junio de 2008

Con la salud me he topado

Continuamente escucho comentarios de boca de los chinos con respecto a la salud, sobre que es bueno y que es malo, y a decir verdad se cuidan una barbaridad. Procuran pedir en los restaurantes un plato de cada: sopa, carne, pescado, arroz o pasta, vegetales y fruta; y de todo ello procuran comer pequeñas cantidades. Si pido solo un plato de pollo, me recuerdan siempre la importancia de comer de todo, a ellos no les gusta comer carne en exceso. Evitan los medicamentos, hacen deporte (gimnasio, tai-tsi...), son asiduos a los masajes, sus desayunos son iguales a sus almuerzos en cantidad y tipo de comida (a ver a quien le apetece meterse unos noodles entre pecho y espalda a las siete de la mañana...). Hasta en los barrios más mugrientos puedes encontrar por la mañana a todo el mundo con el pelo mojado de recién duchado, la limpieza y el aseo no están peleadas con la pobreza. Si es hervido o cocido en vez de frito (ya sea pescado o arroz), mejor que mejor. No olvidan su cita una vez a la semana de reflexoterapia, hay lugares para ello por todas partes. A menudo se purifican con agua caliente si se encuentran mal. A McDonalds y Pizzahut van una vez de ciento en viento y toman grandes cantidades de fruta. No toman bebidas gaseosas y me recuerdan que el café no es muy bueno, siendo más sano el té que toman a todas horas. Y por último gozan de unas pieles maravillosas, incluso en edades avanzadas, porque eviten el exceso de sol.


Todo ello me hace pensar que cuanto más desarrollado se encuentra un país, más se pierden esas virtudes y costumbres básicas de bienestar, inflingiéndonos el "castigo" de hacer lo que nos da la gana con nuestro cuerpo y buscando más la satisfacción momentánea que el cuidado a largo plazo. Las prisas, el estrés, el exceso de trabajo y de reuniones sociales nos obliga a ponernos una falsa vestidura de buen aspecto de cara a la galería, tapando con ella la falta de horas de sueño, el colesterol, los michelines y las mil y una cervezas de los fines de semana. Olvidamos nuestros cuerpos y abandonamos nuestros estómagos en los restaurantes de comida rápida. No me he pesado, pero a juzgar como me que da la ropa que traje, se que he adelgazo bastante, lo cual ya es un dato llamativo que me hace reflexionar en mis excesos.


Hoy he ido a hacerme fotos para poder ampliar mi visado, ya que me quedaré diez días más. Tendré que ir a Hong Kong y pasar allí una noche hasta que mis papeles estén en regla. La penalización por intentar salir del país con el visado caducado es de alrededor de 500€ por día y con esto de los Olympic Games se han puesto más duros...He provocado una pequeña discusión en la tienda de fotos ya que la chica que me atendía me explicaba que no podía aparecer con escote y me ofrecía elegir una de las camisas que allí tenía colgadas para la ocasión y que a saber quien coño se las había puesto. No podía parar de reírme de lo absurdo que me parecía. Le explicaba que yo no soy china, soy extranjera, pero aun así he sido incapaz de enterarme de porque no me van a dar el visado si aparezco en la foto con escote. He vuelto al hotel, que estaba cerca, he cogido una americana y cuando ya estaba sentada en la sillita dispuesta a la sesión fotográfica me dicen que también tengo que quitarme los pendientes. El colmo...¿será que no salgo reconocible con ellos? En fin....Serán muy sanos pero a veces son más raros que un perro verde, lo valiente no quita lo cortés...
Imágenes: Area46

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