martes, 14 de julio de 2009

Police breakfast

El lunes, 15 de junio de 2009 a las 16:09

Madre...no sé ni por donde empezar...

Esta mañana me estaba volviendo loca buscando mi móvil español, levantando carpetas, abriendo maletas y dando vueltas como una imbécil por todo el apartamento. Nada. Intenté pensar que había hecho la última vez con él y recordaba haberlo dejado sobre la mesa de la sala. Me fijé en que mi billetero estaba fuera del bolso, donde estaba segura de que yo no lo había dejado. De pronto una angustia me invadió y corrí hacia él como una exhalación, abrí temblorosamente la cremallera y comprobé que los 2000 RMB (unos 200€) que ayer saqué del cajero habían desaparecido. Incluso los 60€ que tenía y hasta el maldito billete de 100 RMB falso. Esto no podía estar pasandome a mí. Siempre llevo el dinero encima y si lo dejo en la habitación de un hotel es porque hay caja de seguridad. Al instante vino a mi mente lo extraño que me pareció que un hombre haga las habitaciones de un hotel (jamás he visto uno) y que mientras hacia sus tareas yo me pegaba una ducha tranquilamente y ajena a todo. Tal y como me había levantado de la cama (es decir, en pijama) bajé a la recepción pero de nuevo mi di de bruces contra una pared ya que el vocabulario en inglés de la chinita en cuestión se reducía a "book", "breakfast" y "room rate". Me dijo como pudo que no me entendía y que a las 8:00 venía su encargada, que sabía inglés. De muy mala gana me fuí a desayunar y mientras se me atascaba el café en la garganta por la preocupación decidí llamar yo misma a la policía. De nuevo la barrera lingüística me impide comunicarme como es debido y la operadora me insta a buscar alguien de habla china de mi alrededor. Otra vez, y aún en pijama, tomé el ascensor hacia la recepción y (gracias a Dios) Nana, la encargada había llegado.

Recordaba aquella cara, una chica encantadora que me solía decir lo guapa que iba siempre. Le expliqué todo lo que había ocurrido y mis sospechas hacia aquel chico y resultó que no tenía contrato alguno y tan sólo sabían su nombre de pila, que vivía en la provincia de Guangdong y donde trabajaba anteriormente. Que país, por Dios...Después de una buen rato hablando con la policía por teléfono y trasmitiéndome sus preguntas, me derrumbé pesadamente en una silla del "lobby" y lloré amargamente. Lloré por los 100 RMB falsos del día anterior, lloré por la pasta de ese mismo día y lloré por rabia, ira e impotencia. Noté la mano de Nana en mi hombro en un intento de ánimo y cuando me consolé les dije que si preguntaban por mí, estaba en mi apartamento tomando una ducha y adecentándome.

Sólo hice abrir la puerta cuando sonó el teléfono del apartamento. La policía había llegado. Por tercera vez bajé a la recepción con el móvil, tabaco (muy importante en estos casos) y pasaporte. Me dijeron que quería echar un vistazo a mi apartamento y tomar algunas fotos. Allí me pidieron que colocase el bolso donde estaba el día de autos (cosas que oigo en la tele) y yo aún con el traje de luces. En esos momentos no me importaba demasiado pasearme por todo China en pijama, teniendo en cuenta que ellos visten de tal manera que parecen venir de la piscina. Nana me explicó que debía ir con ellos a comisaría para tomarme declaración y ella misma se ofreció a acompañarme. Me subí a aquel patrol con la desagradable sensación de haber hecho algo malo y las inquisitivas miradas de los viandantes cuando nos parábamos en los semáforos no me ayudaban en absoluto. Durante el corto trayecto agradecí a Nana su ayuda y ella me explicó que anteriormente trabajada para la embajada inglesa y que le gustaba ayudar a la gente, su trabajo en el hotel no le reportaba mucho. Me enumeró un montón de casos mucho peores que el mio, donde las sumas de dinero eran más altas y acompañadas de portátil y pasaporte. Siempre he dicho que el mal ajeno no me hace sentir mejor, pero reconozco que me reconfortó un poquito.

En la comisaría me tradujo los datos que tenía que rellenar en el formulario para después escribirlos ella en chino, y al cabo de unos minuto de cigarrillo y más lágrimas nos llevaron a otra sala para explicar todo lo sucedido. Lo único que encontré gracioso fue cuando me pidieron que describiese al tipo en cuestión. Sus únicas preguntas fueron sobre la altura y si tenía los ojos juntos o separados ¿¿¿¿¿?????? No sé si esa es su rutina o es que me vieron extranjera y creyeron que iba a describirle igual que a la mitad de la población china. Cuando ya hubo rellenado 3 folios de garabatos, tomó la huella de mi índice y la estampó a razón de 5 veces por folio, firmé y nos llevaron de vuelta a mi apartamento. Ahora puedo afirmar con seguridad que cuando ponen de repente las luces y sirena es simplemente porque les jode esperar en un atasco.

Bueno, no me extiendo más, sólo deciros que me dijeron que ellos mismos contactarían con la embajada española, que le agradezco profundamente a Nana todo lo que hizo por mí y que ya os contaré cuando tenga noticias.
Imágenes: Ecodiario

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